El rumor por fin logró hacerse realidad. El Día Mundial del Jazz, es decir el 30 de abril, se celebrará en Cuba, en la ciudad de La Habana en específico. Nadie más orgulloso del jubileo que los músicos cubanos, los fanáticos y seguidores del jazz en Cuba; y es que por más de un siglo el jazz y la música cubana han establecido determinados nexos que van desde el acercamiento al noviazgo, de ahí al matrimonio y por consiguiente el nacimiento de un hijo.
Sin embargo, valdría la pena preguntarse cuáles han sido los acontecimientos y eventos más significativos que han marcado e influenciado de modo recíproco, a dos de las músicas populares más importantes del siglo XX.
Me permito, con la licencia de mi amigo Leonardo Acosta, acercarme a siete de los tantos puntos de contacto.
Se dice que el primer improvisador de jazz conocido era de origen cubano. A esa conclusión llegó Leonardo Acosta en su libro Cubano Be, cubano Bop, la primera historia documentada del jazz cubano. Y no le faltaría razón al erudito cubano.
Ocurre que en la Guerra de Secesión de Norteamérica, intervinieron batallones de Pardos cubanos que operaron en la zona de la Luisiana y que entre sus miembro hubo algunos músicos –la música, entre otros oficios era la forma en que el negro cubano podía acceder a la libertad y a un trato digno en tiempos de la esclavitud. Por lo que no debe sorprender que algún que otro “cubiche” se haya establecido, o “aplatanado”, en aquella zona.
Hay evidencias suficientes de que muchos de aquellos soldados cubanos recibieron la libertad tras aquella guerra y decidieron establecerse en esa ciudad.
Correspondió entonces a Lázaro Herrera, conocido como “el Pecoso”, ser el primer trompeta que ingresó a una formación sonera, el Nacional de Ignacio Piñeiro, algo que convirtió a los sextetos en septetos. El Pecoso estaba influenciado por el sonido de las bandas americanas que en los años veinte trabajaban en el Roof Garden del habanero Hotel Sevilla Bilmoret; por lo que si se escucha con detenimiento parte del fraseo de los primeros sones del Septeto Nacional están influenciados por el jazz de la época.
El movimiento del Feeling no pudo haber estado más influenciado por el jazz. Si tiene duda remítase a las grabaciones e interpretaciones de sus principales cultores; ahí encontrará modismos vocales y musicales de los años cuarenta. Como complemento al Feeling lo acompañan dos acontecimientos importantes: el primero de ellos el surgimiento de los Bailadores de Santa Amalia (barrio en que vivió Chucho Valdés en su infancia, y se dice que su madre era una gran bailadora de jazz) que emparentaban su baile con el swing de los negros de Norteamérica al bailar el ritmo. Y en segundo orden: el grupo musical que formaron los “muchachos del feeling” llamado Loquibambia, lo que tocaba era jazz -por cierto, Omara Portuondo era su cantante-.
Se dice, y está documentado, que fue un músico cubano quien descubrió a dos de las leyendas del jazz de todos los tiempos: Dizzie Gillespie y Ela Fizgerald. Su nombre era Mario Bauza.
Es el mismo Bauza quien conecta a Chano Pozo con Gillespie y abre la ruta para el Be Bop –llamado en algún momento Cu Bop—; desde ese entonces el jazz no volvió a ser el mismo. Entra en el género la percusión afrocubana y el jazz “reencuentra sus raíces africanas”. Por cierto, que el tema Manteca, de Chano, es uno de los estándares obligados del género.
Será el mismo Bauza uno de los padres de la Salsa, estilo o corriente musical que incorporó elementos del jazz a la música popular afrocaribeña surgida en la ciudad de New York en los años sesenta.
Afirma Leonardo Acosta – y dieron fe de ello los que participaron- que la serie de discos Descargas cubanas, son el primer testimonio sonoro del Latin Jazz. Aquí una relación de los músicos fundacionales: Frank Emilio en el piano, Guillermo Barreto en la batería, Tata Güines en la tumbadora, Israel “Cachao” López en el bajo y Alejandro “el negro” Vivar en la trompeta. Con el paso de los años se llegó al jazz afrocubano.
Irakere es la banda de jazz latino más trascedente e importante de la música cubana de todos los tiempos. Con su impronta se ha desarrollado buena parte de la música cubana de la segunda mitad del siglo XX y del presente bajo el nombre de timba.
Sin embargo, serían algunos miembros de esa formación los que mejor interpretaran esa impronta al fundar en el año 1988 NG la Banda, o la Banda Nueva Generación.
Como extra, o bonustrack, de esta descarga, se puede afirmar que toda la historia del jazz al menos cuatro de sus pianistas más trascedentes e influyentes son cubanos, y uno de sus grandes arreglistas también; ahí se los dejo:
Alfredo Rodríguez (“el negro”, que influyó en el estilo jazzístico del pianista francés Michel Legrand)
Chucho Valdés.
Emiliano Salvador.
Gonzalo Rubalcaba.
Arturo Chico O’Farril
Hay otros acontecimientos, eventos y nombres a relatar. Estas son, solamente, siete razones para sentir orgullo del jazz y los jazzistas cubanos este día
Por: Emir García Meralla
Entre sus temas exitosos, podemos mencionar "Coquetona", "Fugitiva", "Paz", "Venceremos", "La Cuna Del Son", "Presidente Dante", "Yo Te Seguiré", "Los Rumberos", "El Quinto De Beethoven","Ciencia Política", "Mumbo Jumbo", "El Pipón" y "Chupa El Pirulí", tema de Arsenio Rodríguez. el dominicano realizó presentaciones en los principales clubes nocturnos en Nueva York. Falleció el mes de marzo de 1993. Especial Frankie Dante - Aquí